Recomiendo que veáis esta película, que por motivos de "derechos de autor", no he podido insertar en el blog, pero que no os resultará muy difícil encontrar en internet. El film cuenta como en un planeta dónde se supone que están muy avanzados, deciden quien irá a la Tierra para contar en qué estado se encuentran e intentar ayudar. La elegida es Mila y a partir de ese momento cuenta las peripecias que tiene que pasar la protagonista para adaptarse a la vida corriente y tan poco evolucionada de la Tierra.
Lo que me ha resultado interesante de la película es básicamente la idea que se transmite.
Pues lo que desentraña es que las personas tan evolucionadas viven felices, libres y en total armonía ya que han superado todos los malos sentimientos, los tabúes y la decadencia en la que hoy se encuentra sumida la humanidad. Viven sin lujos, con lo necesario para vivir, no necesitan cosas materiales porque están por encima de todo eso, la cosa va de sentimientos, emociones e inteligencia.
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Tanto en Princeton como en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T.) -basados en estudios de Penrose y del japonés Masaru Emoto, que estableció fotográficamente la forma en que las emociones humanas afectan positiva y negativamente a las moléculas del agua-, realizaron pruebas con un moderno software de computadora creado especialmente para este fin. El objetivo era convertir las frecuencias que generan las emociones dentro del cerebro humano en figuras tridimensionales concretas en un espacio virtual. Para ello se colocaron electrodos en el cerebro de un astrónomo a la hora de escudriñar el espacio, en una mujer embarazada mientras se le realizaba una ecografía del bebé,
